Una vida que es compartida por 7000 millones de especímenes y por una oleada de seres vivos con igual cantidad de dígitos que las veces en que usted ha visto de espaldas, con esa cara de pajero, a la amiga de su pareja. Esto último en el caso que quien esté leyendo esto sea un individuo de sexo masculino.
Entonces, pareciendo una/o tan pequeño ¿Qué derecho tiene a sentirse mal? o mejor ¿Por qué no sentirse tan mal?
Como puede dañar una mentira toda la existencia de uno! Una simple mentira frente al reflejo más grande de toda la falsedad o a lo que llamamos vida! Nuestras vidas, una mentira, más allá, nuestras existencias también.
Entonces, ¿a qué viene esa sensación de dolor por un engaño? Pues tomamos a las incoherencias y mundanalidades más grandes como centro de todo, al nacimiento y a la muerte como el único alfa y el único omega (malditos materialistas dialécticos). Como dijo un poco conocido escritor ecuatoriano: Vidas más productivas frente a existencias cada vez más vacías.
El existir acaso, de por sí, no nos hace ya ser alguien? Sí, pero ¿Quién?
A mi opinión, el vacío originado por esta pregunta ,inconscientemente, se ha acentuado en el subconsciente de la humanidad, lo que ha degenerado en una profunda tristeza colectiva y materialista. A pesar de haber olvidado dicha pregunta o haberle dado la más ínfima importancia alguna vez en la vida. Realmente es eso lo que ha hecho pequeño y víctima al ser humano de sus peores momentos.
Todo esto con un modelo de felicidad insertado en cada subconsciente hace del ser humano actual, quizá, el último eslabón de la evolución espiritual...
Saludos!
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